Nunca forzar u obligar a un niño a comer

Frecuentemente los padres de familia llegan a mi consulta refiriendo que en la escuelas o preescolares de sus hijos se les impide disfrutar del recreo cuando el niño no se come todo lo del almuerzo o la merienda. 

Esta situación me escandaliza y preocupa muchísimo. 

Estudios han demostrado que causar presión, sobornar o castigar a los niños por la comida tiene consecuencias a corto y largo plazo. 

Algunas de las consecuencias:

  • Genera mayor rechazo hacía los alimentos

  • Aumenta el riesgo de sobrepeso u obesidad infantil: debido a que se ignoran sus señales de hambre y saciedad

  • Provoca mayor tensión en los tiempos de comida: los niños llegan a detestar los tiempos de comida

  • Causa una relación no sana con la comida que inclusive puede durar años

En ningún momento debemos insistir a nuestros hijos a comer algo que no quieren, en una cantidad mayor o que coman más rápido de lo que pueden. 

Como lo dice Julio Basulto en su libro: Se me hace Bola: bajo ningún concepto hay que obligar a los pequeños a comer: esto es poco ético e innecesario

Los padres, cuidadores o profesores deben dar el ejemplo sobre una alimentación sana y fomentar una relación positiva alrededor de la comida. 

Debemos frenar esta “forma de enseñar a comer” y el pensamiento que forzando nos aseguraremos un crecimiento y desarrollo adecuado. 

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